martes, 22 de julio de 2008

LA SORPRESA DE LA MALICIOA

Sorpresa. Ocurre frecuentemente que la primera visión de alguna cosa te deja como anonado, con esa cara de mirada perdida, como si los ojos estuvieran dispuestos a abandonar el cuenco en que normalmente habitan. A mí me pasó la primera vez que vi la Maliciosa, después de cruzar el ligerísimo llano que une la pequeña balla del aparcamiento de la Barranca y el inicio del camino una vez superado el arroyo Tijerillas.
La mole de la Montaña me parecía insuperable, allí mismo ante mis narices y tan lejana, con el cuello vuelto hacia el cielo para conseguir ver la cumbre. Es necesario iniciar la marcha, no nos podemos quedar siempre en la contemplación. Una respiración y el primer paso. Creo que subiendo todo derecho, la cumbre estará a mi alcance.
Pero no. Me enrisqué. Moles de piedras cortan el sendero que había tomado. Me equivoqué de nuevo. Es preciso escuchar, volver al silencio y pedir consejo. Siempre aparecen otros montañeros, más expertos que indican el camino. El retorno se hace más duro, un golpe con una rama escondida, un ligero corte con el saliente de una piedra.
No importa, echemos mano al suelo, trepemos, retrocedamos, crucemos; espera, vamos a sentarnos en medio de esta alfombra de gallubas - en los pueblos donde yo nací les llaman ajabuchas, ¡la de variantes que existen para una misma cosa! -, un trago de agua y volvamos al ascenso. Nuestras compañeras, Pipa y Munia se quejan, a menudo la dureza de las piedras les dejan sin salida. No importa, las cargamos al hombro en medio de resoplidos y cruzamos.
El esfuerzo ha sido muchos mayor del normal. Pero ya hemos tomado el camino bueno. A partir de ahora seguiremos la senda de quienes, antes que nosotros, subieron a la cumbre. A veces el camino está salpicado de fallos y de errores, a veces los intentos de nuevas sendas producen grandes descubrimientos. ¡Es tan pequeña la diferencia entre perderse y descubrir lo nuevo!
Por fin el collado. Desde aquí está tan cerca la cuerda larga. Tenemos una posición privilegiada. Conseguir una visión de conjunto es importante para saber por dónde andamos. Ahora vemos más claros los diversos caminos, los diferentes senderos que van hacia uno u otro lugar. Visión de conjunto es lo que necesitamos más de una vez para tomar la decisión acertada. Llegamos a la cumbre. Nos saludamos los grupos que accedimos desde diversas salidas y distintos caminos. En todos los corazones late la misma emoción, el mismo sentimiento. Merece la pena luchar. ¡Luchar por tantas cosas! ¡Hemos de escalar tantas cumbres!
Javier Agra.

2 comentarios:

  1. Hola soy Ruth, tu compi teatral. Estaba leyendo tus artículos de la Maliciosa y como siempre se queda uno con la boca abierta ante tu facilidd de escritura. ¡Qué envidia!Ánimo en tu nueva aventura por el mundo dei nternet, ¿ves? al final que "La Persigue la Consigue" como dice nuestro sabio refranero español.

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  2. Hola Profe!! Soy Andrea, de teatro y de Reli!! La Aviadora, para entendernos!!
    Bueno, que guay tu blog!!
    Por cierto_: que bien escribes!


    bueno, un besoo!!

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