martes, 1 de junio de 2010

JUNIO

JUNIO, dos urracas arrullan los tenues movimientos de los árboles. Por entre las ramas salta el sol primero de la mañana con caricias de lumbre y cielo. Brillan los colores en la limpieza de la aurora. Madruga el sol entre las sierras porque quiere ver bañarse a las aves en las abundosas corrientes de la sierra. Cantos de agua y naturaleza hacen vibrar en los corazones humanos alientos de esperanza sosegada. Una mañana de sol y lumbre entre las mantas encendidas por el sueño enamorado. Comienza la madrugada con bostezos de lirios y olor de café caliente. En la cocina se cuece el pan, primera sonrisa sobre la mesa. Pausa y sosiego con toda la tierra. Paz y sosiego de junio – entre la primavera y el estío – para que nadie se sienta ausente. Mes de frutales encendidos y vida amaneciendo en las montañas.

 
Junio pasea sin sombrero por los campos de verde trigo y deja un beso en cada espiga, para que el trabajo resulte más armonioso y el alimento más dulce. Acarrea, hasta los paladares sedientos, aromáticos frutos de cerezas que vimos en otros meses florecer con calma. Con las manos en los bolsillos silba melodías de otros tiempos y así los antiguo habitantes de las casas vuelven a soñar en los ojos nuevos de las muchachas y los muchachos de bullicio y brincos entre la esperanza y el fuego. 

Y entonces sabrás que el corazón late como un molino silencioso entre la roca y el agua, con pálpitos de recuerdos que nacen desde la raíz de ti mismo hasta la punta de las ramas que han crecido en los nuevos suelos.
Junio toma su cayado a media tarde para acompasar su ritmo a tu paseo. Ahí lo tienes, lamiendo humilde las huellas de tus sandalias y las llagas de tus pies cansados, para que sepas que en el camino donde hoy remueves el polvo, hubo otros pies antaño y otras pisadas seguirán las huellas de tus trazos hasta que la tarde – verde y ocre – apunte sombras alargadas de los árboles. Entonces, cuando llegue la noche, no lamentes la ausencia de sol porque será una noche clara, iluminada por miles de ojos que contemplan la misma estrella que tú contemplas.
Junio, allá en algún lugar de la tierra, tu sonrisa acariciará otros labios que –acaso – no sabes que esperaban el empuje de tu invisible beso para levantarse del fango y vestirse de luz y agua. Entonces verás la siega y sabrás que es necesario cortar la hierba para alimentar los estómagos y la esperanza cuando los días sean feroces y rompan la paz de estas madrugadas. 
Junio enamorado y joven – parece que los antiguos romanos lo llamaron así en recuerdo de la joven Juno, diosa del amor – mes de luz y futuro, de firmeza y cimientos para la construcción – también recuerdan algunos otros que el nombre del mes se debe a Junio Bruto fundador de la República romana – ¿quién sabe? Mes de la perla y la rosa. Mes tuyo y mío cuando las manos se enlazan y las voces acompasadas cantan unidas a la tierra y la vida. 
Javier Agra.

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