jueves, 6 de mayo de 2010

MAYO

Mayo: verde y vida. Los azules estrellados bailan en rosicler brillante amanecido, cuando por la sierra cruzan las águilas primeras, camino de las torrenteras líquidas que hasta anoche mismo – jabalíes y aguiluchos – fueron recuerdo de la nevada. Los azules bailan música de madrugadas cuando las primeras liebres saltan al aíre buscando raíces nuevas de savia y néctar, por entre las retamas.


Esta iluminación es de algún lugar de Soria. María, quien hizo la foto, sabe el nombre concreto de la geografía. Mientras tanto - y ya para siempre - la llamaremos: "Era Mayo en un lugar del mundo" 

He visto la aurora madrugar a aprehender agua por los arroyos que cantan valle abajo entre colores y flores nuevas. Entonces, cuando amanece y se retiran silenciosos los luceros, sigo la vereda de los arroyos y me alegro de la vida que salta en cascadas, pero tiemblo de dolor pues descubro que es un resurgir efímero y, tal vez, falseado según reza el refrán: por mayo cada día un rayo.
¿Es efímera su bonanza? ¿Es pasajera su hermosura? ¡Nada sé del futuro que ha de venir y aún no está! Por eso converso con las aves que me recuerdan que la vida de hoy dura hoy, compártela con los lirios que han florecido, arremanga la camisa y pon el pecho al aíre mientras calienta el sol, siempre con la chaqueta al brazo, recuerda otro dicho: hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo.
Pero cuando llegue la ventolera cierra los ojos, no seas pusilánime y contempla la armonía de luz sobre los oteros en las madrugadas. Mayo entona loas a los nidos y arrulla la vida, es el mes “pajarayo” que llamaban en aquellos pueblos castellanos, porque en mayo los nidos soltaban sus pájaros a la vida y medían la creación entre los gérmenes fértiles y los huevos hueros, sin consistencia: mayo serpentea por las ciudades y las aldeas sembrando de trigos y de amapolas las mentes limpias y arañando de cardos y zarzas los espíritus en sombra.


Foto cedida por María para que todos disfrutemos de la vida y su fragancia.

¡Ay, mayo! ¿Cuándo tendrás una esperanza recién nacida para cada persona? ¡Ay, mayo! ¿Cuándo estaremos libres de nuestros miedos para hacer un mundo libre? Y entonces me respondieron los días con una sonrisa de silencio, porque ellos saben que las palabras son de lumbre y cieno, porque ellos saben que las acciones son un enjambre de abejas coleccionando flores para transformarlas en dulces caricias.
Pero, ¡lector amigo!, mayo será siempre el mes de las flores: en las sierras y en las sienes, en las ciudades y en los corazones. Y por encima de todas las consideraciones, tú eres una flor que en mayo amanece entre los trigales misteriosos de la tierra compartida. ¡Adelante, mayo te espera!

Javier Agra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario