domingo, 15 de febrero de 2015

SIERRA DE ALMENARA (II), GUADARRAMA



Cuento que la montaña de la que converso en estas entradas está en el extremo oeste del Guadarrama, porque Almenara es también un hermoso lugar de Cuenca (Puebla de Almenara) que incluye una bonita sierra del mismo nombre; Sierra de Almenara en Lorca; Pico Almenara en la Sierra de Alcaraz, provincia de Albacete; además de ser un topónimo presente por toda la geografía.

Desde la cima de Almenara, bailan cúmulos en el azul del cielo; diversas cumbres de la pequeña Sierra de Almenara, antes de posar nuestros ojos en las Machotas; más allá Guadarrama entre la nevada y la sorpresa; bajo nuestras montañas, el valle llega hasta el pueblo de Robledo de Chavela.

Un breve recorrido del GR 10, es el camino que une el pueblo de Robledo de Chavela y la Ermita de Nuestra Señora de Navahonda distantes unos once kilómetros, con frecuente trasiego de gentes que allí llegan entre la devoción, el turismo y la curiosidad (¿acaso curiosa casualidad?). Celebra su romería el domingo de la Santísima Trinidad muy a final de mayo o metidos ya en junio. Allí llegamos los dos montañeros a nuestro regreso del Pico de la Almenara; allí reposamos a tomar una frugal colación sentados a una mesa entre el verdor de la hierba y la calmosa conversación de las encinas; allí detuvimos nuestro paseo en la ermita y su entorno.

Interior de la Capilla del Humilladero. Ante la piedra del fondo, cuenta la tradición que decidieron las caballerías detenerse; toda la comitiva entendió que la imagen de la Virgen debería regresar a la cercana ermita.

De regreso, próximos ya a la Ermita, hicimos parada en la capilla del Humilladero, donde las caballerías que transportaban la imagen de la Virgen hacia Segovia detuvieron su camino y se negaron a continuar; interpretaron los habitantes de aquellos lugares que Nuestra Señora prefería permanecer en el lugar donde había permanecido escondida algunos cientos de años y donde la había encontrado un pastor. Parece que la había llegado a Segovia desde Sevilla, para liberarla de tierras sarracenas; allá en los inicios del siglo doce las crueles fechorías de un terrible conde segoviano enojaron tanto a la Virgen que su imagen fue a refugiarse al lugar donde hoy se venera. Enseguida pretendieron recuperarla los segovianos y ocurrió el suceso del Humilladero: allí se humillaron de hinojos, caballerías y humanos, ante la imagen de la Señora.

Ermita de Nuestra Señora de Navahonda; en primer plano, la cruz del humilladero.

El Pico Almenara queda monte arriba en línea recta con la Ermita, acaso con mucho esfuerzo se conseguiría hacer una subida directa pero el sendero tiene muy bien marcado el camino por donde conté en la anterior entrada. Entre granito y encinas se construyó el templo que ahora contemplamos, durante la segunda mitad del siglo diecisiete en un barroco sencillo, con pórtico sostenido por cuatro columnas. Aparte de cualquier consideración artística que se pueda expresar, es un lugar de sencilla y firme construcción, porque está realizada por firmes convicciones de personas sencillas.

Desde la Ermita de Navahonda, en línea recta hacia el cielo, podemos ver la cumbre de Almenara; las encinas dirigen la mirada hacia lo alto donde asoman el vértice geodésico y la torreta de las señales. ¡cuán amplia es la gama de colores en una sierra de encinar!  

Su interior tiene un retablo también sencillo, el centro ocupado como en cualquier retablo por la caja hornacina de la imagen serenamente sonriente de Nuestra Señora de Navahonda. A sus lados destacan dos imágenes de santos perfectamente identificables y que yo, torpe incauto, no tuve la precaución de escribir en mi cuaderno de apuntes que llevo conmigo desde la infancia (he cambiado de cuaderno varias veces) cuando el maestro de la escuela de Acisa nos enseñó que era prudente llevar siempre un papel y un lapicero en el bolsillo ¡por si las moscas! ¡Cuántas moscas he apuntado agradecido al maestro de Acisa de las Arrimadas! 

NOTA posterior a la publicación inicial: Jose ha realizado sus pesquisas sobre el retablo y me acaba de mandar una fotografía; de ella colijo que se trata de San Joaquín y Santa Ana, los padres de María, pues él lleva en un cestillo dos palomas para hacer la ofrenda al templo según costumbre en la presentación de los hijos ante el altar. 

Grandiosidad en la Estación de seguimiento de Robledo de Chavela.

Delante de la ermita está el crucero del humilladero colocado aquí, como en muchos lugares de la geografía durante varios siglos, para que sea la primera vista del lugar al que se llega. Continúa en su silencio la ermita, los montañeros finalizan el yantar, saludan al conjunto del lugar y reemprenden la marcha; los montañeros pasarán en muy pocos minutos de la sencillez silenciosa de otros siglos a la mole que domina el espacio y sus movimientos a través de la grandiosidad parabólica de la Estación de seguimiento de Robledo de Chavela.

Javier Agra. 

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