lunes, 6 de julio de 2015

PATIO DE NUESTRA SEÑORA DE TIEDRA VIEJA.





Era caliente la tarde bajo el sol castellano cuando pasé a este interior silencioso y cálido, de construcción antigua y sosegados muros; el tiempo ha dejado las estaciones y las horas para respirar serena inmensidad. He subido despacio por estos peldaños de paz.

Fuera de estos muros, grita el sol aullidos de batallas; grita pendencias cruentas y dolorosas; grita cautiverio y esclavitud; grita pendencias de riquezas y honores que los humanos rapiñan a través de siglos y de pólvora; grita odios en todos los idiomas y rencor de sangre en los corazones.

El poeta tiene sangre en los ojos y lágrimas en las manos; hinca su corazón en la tierra donde crecen raíces de paz y raíces de guerra; espera que la semilla de palabras dulces del interior de este patio de fraternidad sin tiempo, salga por la puerta del fondo y viva en flores y frutos de abrazos y libertad.

La vida caliente de este patio del Monasterio de Nuestra Señora de Tiedra Vieja será pan y abundancia para toda la tierra cuando el animal humano transforme su corazón en palabra y aliento, en abrazo y silencio, en poema y musical paseo.

Javier Agra.

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